Sobre mí

Mariam Lezcano Monzón

Divulgadora Marina


Nací en una isla. Y me siento isla. Será por eso que desde siempre soñé con vivir lo más pegadito a la mar. Una mar que de pequeña y por dos veces intentó llevarme con ella, y que el resto de las veces me ha mecido con cariño entre sus aguas. A veces los sueños se cumplen, y esta vez ese sueño me llevó a estar tan cerca, que es imposible no quererla aún más, aunque ese miedo que está ahí desde niña a veces asoma y lo convierte en una relación ambigua y bonita. Tanto como lo son esos días grises en los que esa mar, de repente se muestra muy calma y transparente. Y observando la mar al lado de personas que saben muchísimo de ella he ido aprendiendo lo importante que es establecer una relación de cariño y cuidados, para conservarla y conservar a todos los seres que la habitan. Y de esa manera también me cuido yo, porque también soy isla. Y vivo rodeada de mar. En los últimos años he participado en numerosas actividades de divulgación, charlas, talleres y conferencias, en las que pretendo acercar la ciencia a la ciudadanía con el objetivo de generar un cambio de consciencia personal y ambiental que permita revertir el daño ocasionado a los ecosistemas y volver a conectar con nuestra naturaleza.
“Mi intención ha sido siempre construir un puente, un camino que deje salir lo que a veces cuesta expresar. Fragmentos de una especie de diario en forma de fotografías que me permita contar una historia de la que sólo yo soy conocedora, pero que a su vez queda abierta a la interpretación por parte de los y las que observan.

Cuando observamos una fotografía nos convertimos automáticamente en algo más que en meros receptores/as. Al mirar la fotografía, empezamos a crear un vínculo íntimo que nos lleva a observar, sentir, y construir nuestro propio significado.

La Mar para mi es un sentimiento vestido de azul, con olor a sal y que guarda en su interior todo un océano de recuerdos y sentires que se asocian a mi vida. Es fuerza, ímpetu y otras veces calma. Es también una cura para casi todo, y un lugar con el que conecto. Todo eso multiplica las ganas de cuidarla, y conservarla para que podamos seguir disfrutándola y valorándola como se merece.”

La Mar y Yo